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— Nota publicada el 01 de junio de 2018 —

“Pensaba que la investigación era exclusiva para superdotados, pero es conocimiento y ganas”

Cristian Faundez, estudiante avanzado de la carrera de Bioingeniería de la UNAJ, obtuvo la beca de investigación que otorga la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos  Aires. Próximo a recibirse de Bioingeniero, dedicará un año a estudiar, mediante técnicas de  simulación computacional, el fenómeno de la agregación de proteínas, cuyo conocimiento podría echar luz sobre enfermedades incurables como el Alzheimer o el Mal de Parkinson.

 

– ¿De qué se trata el trabajo por el cual obtuviste la beca CIC?

Es un trabajo con el cual venimos hace bastante tiempo. Yo estaba trabajando anteriormente sobre la misma temática en el marco de la beca CIN (Consejo Interuniversitario Nacional). Nosotros estamos trabajando sobre la agregación de proteínas. ¿Por qué este tema? Está demostrado que la agregación de proteínas está relacionada con un montón de patologías como por ejemplo Alzheimer, Mal de Parkinson, no solamente neurodegenerativas, sino también otras, como Cataratas. El interés está en que estas enfermedades no tienen hoy en día una cura sino que tienen tratamientos paliativos, y la agregación puede ser la causa de estas enfermedades. Pero no hay mucha información en el ámbito de la investigación sobre esto.

– ¿Por qué tuviste interés en esto? ¿O era una investigación que ya estaba en marcha y te sumaste?

La investigación empezó con Gastón (Ferrara), junto con él. En segundo año me propuso ir por el lado de la investigación, algo que yo no imaginaba porque desde mi ignorancia pensaba que era algo para superdotados. Pero Gastón me apoyó en esto y me propuso este tema, que era una de las opciones. Era un tema nuevo en el cual él se iniciaba y los dos íbamos a empezar desde cero. Me pareció muy interesante porque tocaba el ámbito de la bioingeniería

Entrevista a Cristian Faundez, estudiante becado por la Comisión de Investigaciones Científicas

– ¿Por qué elegiste como carrera la bioingeniería?

Yo antes estudiaba medicina. Por diversas razones dejé la carrera, pero después me llamaba la atención la ingeniería. Cuando me hablaron de la universidad, me dijeron que había una carrera que se llamaba Bioingeniería. Ahí entré a ver qué era, y es la aplicación de la tecnología a la medicina. Es decir, yo no me alejaba de lo que yo quería estudiar en su momento. Y me pareció perfecta la combinación entre la tecnología y la medicina. Nosotros nos distinguimos de las demás ingenierías porque lo que hacemos tiene impacto en la salud, en mejorar la calidad de vida de las personas, y eso es una satisfacción que nos distingue de las otras ingenierías.

– ¿Pensás que desde la investigación podes hacer un aporte en esto de ayudar a la salud?

Sí, obviamente. Creo que hay que entender que la investigación es algo necesario, ya sea en el marco de un país o de una universidad. Es algo muy necesario. Cualquier aporte. Lo ideal para nosotros sería encontrar información que pudiera esclarecer el fenómeno de la agregación de proteínas para que nos de indicios de curas. Eso sería grandioso, pero es algo muy ambicioso. Hay que entender que la investigación lleva años, requiere de largos plazos

– ¿En qué instancia está la investigación?

Estamos recién empezando. Esta investigación empezó el año pasado, fue a pasos agigantados, de hecho yo llegué junto con Gastón a un congreso de bioingeniería. Fue la primera vez que un alumno de la universidad presentaba un trabajo de investigación. Recién estamos entendiendo el proceso de agregación mediante la simulación computacional. Demanda mucho tiempo, no se puede estimar cuánto tiempo nos va a llevar, pero estamos bien encaminado.

– Vas a ser uno de los primeros graduados de bioingeniería. Sos uno de los primeros estudiantes en dedicarte a la investigación. ¿Qué sentís ante esta situación?

Las cosas se fueron dando realmente de forma inesperada. Yo antes no pensaba a la investigación como una opción. Capaz que no tiene la difusión que tiene que tener, o yo lo pensaba como algo exclusivo para ciertas personas, pero no deja de ser conocimiento y ganas. Siento mucho orgullo con la situación, como se va dando. Es un año muy estresante para mí porque inicio esta beca que cuando me inscribí no pensé que se me iba a adjudicar. Entiendo que voy a ser uno de los primeros responsables de la imagen de la bioingeniería de la UNAJ. En parte siento un poco eso sobre los hombros, pero estoy trabajando para que sea una buena imagen.

– ¿Qué le decís a otros compañeros y compañeras que quizás como vos tienen ese prejuicio con respecto a la investigación y no se animan?

Les diría que dejen fluir y que se atrevan. Que es conocimiento, que no es algo tan difícil como yo lo veía, y que hay muchos proyectos en la universidad a los cuales se pueden sumar, se pueden sumar a grupos de trabajo, porque es algo esencial para la universidad.

– ¿Cuál va a ser tu trabajo a partir de la beca CIC?

El plan es seguir trabajando mediante la técnica de simulación computacional, seguir haciendo lo que llamamos “corridas”, que son análisis de distintos tipos de agregados de proteínas. La proteína que nosotros elegimos es la Trp Cage, que es una proteína que cuenta con veinte aminoácidos, y en la cual nosotros todavía estamos simulando el entorno biológico en el cual esta proteína se agrega. ¿Qué quiere decir que se agrega? Una proteína en sí define su función en base a su estructura. Cuando su estructura es modificada por cualquier factor adquiere otra estructura que la vuelve disfuncional. Cuando estas proteínas se juntan con otras proteínas forman estos agregados que son citotóxicos para el organismo. Lo que estamos intentando hacer es agregar esas proteínas y evaluar distintos parámetros para entender un poco más sobre este fenómeno, y así poder dar algún indicio de este tipo de patologías que no se conocen mucho.

 

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