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Por Flavia Acosta, David Ensiso, Lidia López y Euclides Simao

Una desigualdad que nos interpela: las mujeres pagan menos las entradas a las canchas de fútbol, el caso del club Defensa y Justicia

Diferencias de precios en las entradas ¿Está bien que las mujeres paguen menos las entradas?

La desigualdad de género en el ámbito laboral y salarial no es una novedad en Argentina; es sabido que los hombres muchas veces ganan más dinero que las mujeres realizando las mismas actividades, y esto se evidencia más en los puestos gerenciales/jerárquicos, pero ¿qué sucede cuando una situación se da a la inversa como en el caso de las mujeres que pagan menos las entradas para en ingreso a las canchas de fútbol? Esta situación no es propia del fútbol, pero emerge como un nuevo problema perturbador junto a otras manifestaciones, la entrada a los boliches u otros eventos; y aquí es donde surge la pregunta ¿Está bien esta desigualdad en un contexto de luchas por la reivindicación de la igualdad de género? ¿Son solo expresiones del micromachismo? Estas desigualdades representarían formas o actitudes machistas, patriarcales y sexistas encubiertas y arraigadas en nuestra sociedad, que por otro lugar, nos invitan a reflexionar y a repensar ciertas prácticas naturalizadas.

Algunos especialistas opinan que el deporte es quizás el ámbito que más desigualdad de género propone en nuestra sociedad, sin embargo, está poco relevado y difundido.

En el ambiente del fútbol las diferencias existen en las formas y tratos, las condiciones e incluso, hasta en el valor que se pagan por las entradas. El tema es amplio, pero la cuestión se desprende de otra central: la desigualdad salarial. Los montos que reciben los hombres que se dedican a esta profesión son desproporcionadamente mayores a los de la mujeres; según un informe del foro económico global, «la igualdad económica entre sexos podría tardar alrededor de 170 años en alcanzarse si el mundo continúa al ritmo actual»[1] y si de fútbol se trata de no tratarse en nuestro llevará más años. Estas diferencias se hicieron mas que visibles con lo que fue el mundial de fútbol femenino en Francia 2019, si bien tras las luchas por la reivindicación del fútbol femenino logro que este año la asociación de fútbol Argentino y futbolistas agremiados anunciaron la oficialización del fútbol femenino y se firmó un acuerdo para dar inicio a la liga profesional de fútbol femenino, la brecha económica entre hombre y mujeres sigue siendo abismal. Si nos remitimos a acontecimientos pasados, mientras que por un pase de un futbolista hombre como por ejemplo Gago o Patro se pagaron 14 millones de dólares, a una de las figuras de la selección de fútbol femenina solo se le abonaron 5000 pesos para viáticos[2].

Existen algunas hipótesis que intentan dar cierta claridad al tema: la primer versión indica que es un accionar que responde a promover que las mujeres puedan asistir a la canchas, esta versión esta asociada a la creación de una resolución de la asociación de fútbol Argentino en los años 90[3], épocas donde las mujeres no asistían con frecuencia a la cancha. Esto fue una manera de motivar y facilitar la asistencia de las familias a las canchas.

La segunda versión, dice que los hombres paguen más es normal, porque los hombres ganan más y es un grano de arena entre tanta desigualdad, esta versión ve con buenos ojos una diferenciación en el valor de las entradas porque es un mínimo aporte para intentar equiparar las diferencias. D’allesandro[4], en su texto refiere a la desigualdad monetaria como un problema mundial, ya que las mujeres ganan mucho menos que los hombres en todo el planeta.

Por medio de este artículo intentamos aportar en la reflexión que consideramos necesarios para la deconstrucción de los distintos estereotipos que siguen profundizando las diferencias entre hombres y mujeres.


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