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Por Macarena Acosta, Jésica Ávalos y Rodrigo Fernández

¿Por qué debemos decir No a la eliminación de la Jubilación de Amas de Casa?

Las jubilaciones no contributivas, más conocidas como “jubilaciones de amas de casa”, tienen como objetivo extender la cobertura de pensiones a lxs individuxs que no lograron completar los años requeridos de contribución a la Seguridad Social. En Argentina esta ley (Ley 25.994) benefició a más de 1,8 millones de mujeres.

Antes del capitalismo, las acciones de producción y reproducción no estaban divididas tan notoriamente, es decir, tanto los hombres como las mujeres se encargaban de realizar todo tipo de tareas sin distinción, pero con la llegada de la industrialización, las tareas domésticas fueron separadas de las tareas de producción y se estableció una división sexual del trabajo (Federici, 2010). De modo que la mujer quedó principalmente a cargo de las tareas reproductivas dentro del hogar, en tanto el hombre pasó a desempeñarse en tareas productivas fuera de ese espacio, a cambio de un salario. Esto quiere decir que quien no trabaja para el sistema productivo no es considerado trabajador.

En la actualidad, en hecho de que más mujeres se dediquen de manera principal o única al cuidado de sus hijxs, no solo se debe al ideal “tradicional” de la división sexual del trabajo, se debe también a la evaluación que las mujeres realizan, acerca de la conveniencia (o no), de participar en un mercado laboral con oportunidades estrechas (o escasamente remuneradas) para mujeres pobres. Sin olvidar, primero, la falta de servicios de cuidado gratuitos que ampliarían las posibilidades de las mujeres con hijxs de insertarse en el mundo del trabajo; y segundo, los riesgos latentes que se asocian al cuidado por parte de personas desconocidas.

Debido a los bajos niveles de inserción en el mercado laboral, muchas mujeres sufren de un alto nivel de dependencia por carecer de una fuente propia de ingresos.

En Argentina la participación laboral de las mujeres es la mitad de la de los varones debido a estar culturalmente señaladas como las responsables en las tareas del cuidado y crianza (Peker, 2017). Se naturaliza el trabajo del cuidado como actividad de la mujer, es decir que la vida de las mujeres socialmente implica el cuidado de lxs hijxs, nietxs, limpiar y cocinar; y todo ese tiempo invertido no es remunerado. Incluso si son profesionales se les dificulta acceder a puestos jerárquicos altos, ya que son obstaculizadas por las tareas que tienen dentro del hogar.

Incluso, somos las mismas mujeres quienes reproducimos este discurso cuando decimos, casi mecánicamente, “te limpié la cocina», “te ordené tal cosa», “te tendí la cama», etc. Hablamos de ayudar a nuestras madres, hablamos de que nuestros maridos nos ayudan en casa; como quien ayuda a otrx a alcanzar un objetivo individual, cuando en realidad estamos, ni más ni menos, que contribuyendo con nuestra parte del trabajo doméstico.

Ese es el cambio de perspectiva que necesitamos como sociedad para defender el derecho a la jubilación de mujeres que, mientras no se resuelva la falta y precarización del empleo, seguirán sin poder ingresar al mercado formal de trabajo y, por lo tanto, necesitando de políticas públicas permitan de algún modo reparar esta deuda que se tiene para con ellas.

En el presente año (2019) desde el gobierno de Cambiemos se impulsó la eliminación de la ley 25.994 de jubilación de amas de casa. Esto no sólo omite la precarización laboral de la que muchas mujeres fueron víctimas, trabajando en el mercado laboral informal sin acceso a derechos laborales, sin acceso a la posibilidad de realizar aportes por ello. Sino también está invisibilizado el trabajo que muchas mujeres realizaron a lo largo de su vida en sus hogares y que, mayormente, continúan realizando aún después de jubilarse: cuidando a sus nietxs, hijxs, acompañando a sus esposos, etc.

Es así como la mujer que no trabaja en el mercado laboral recibiendo un salario fue y sigue siendo vista como beneficiaria y no como una persona con derechos, por eso creemos que está es la discusión que debemos dar como sociedad.


Referencias bibliográficas:

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