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Por Carina Corvalán, Ivana Duarte, Gonzalo Fleita, Ana Romero y Cristina Tourn

“¿El fútbol es para todes?”

Entrevistamos a Sabrina Lucero (37), profesora de Educación Física. Tiene dos hijos, Máximo (12) y Julia (7) y su marido Luis (41). La misma trabaja en varias escuelas de nivel primario y secundario del partido de Berazategui; entre el 2016 y el 2018 estuvo a cargo de la Escuela de Fútbol Femenino del Club Maltería. Practica desde muy pequeña en los campitos cercanos a su hogar. Hoy en día, entrena tres veces por semana, luego de su larga larga y extensa jornada laboral; “pero la Pasión es la Pasión”.

En tiempos en donde la lucha de diversos colectivos feministas, movimientos sociales, partidos políticos, militantes por los Derechos Humanos, entre otros, han logrado avances significativos en relación a las problemáticas que atraviesan, tanto, a estos colectivos, como a la sociedad en general; es interesante pensar y repensar (deconstruir si se quiere) las limitaciones que históricamente fueron impuestas a las mujeres en el contexto de una sociedad organizada bajo una lógica patriarcal, para así poder encaminar y empoderar los nuevos horizontes a los que se pretende alcanzar.

Es innegable, en la actualidad, desestimar o no reconocer las demandas y denuncias que estos diversos colectivos vienen evidenciando y poniendo en la agenda pública en relación a las desigualdades de género. Consignas como “Ni Una Menos”, la campaña por el“Aborto legal, seguro y gratuito” tuvieron como resultado una considerable visualización hacia toda la sociedad, a la vez que ampliaron el abanico de demandas en pos de una sociedad más igualitaria. Reclamos como los de Maca Sánchez (actual jugadora profesional de San Lorenzo de Almagro) y los de la Selección Argentina de Fútbol Femenino en el marco de la última Copa América dan lugar al debate de la problemática.

En consecuencia, nos proponemos analizar cómo se vinculan las mujeres y la práctica de deportes; particularmente en el fútbol femenino.

¿Cómo apareció la práctica del fútbol en tu vida?

Juego desde chiquitita, me crié con primos varones y hermano varón, así que en el barrio eran todos varones y empecé a jugar con ellos a la pelota. Después mi hermano empezó a jugar en Estrella de Plátano en lo que sería el Torneo Evita y ahí me ponían a jugar a veces con la Categoría 82 que es el año en que nací o a veces con la categoría 83, los partidos oficiales no, pero si los amistosos jugaba con los varones y me ponían de a ratitos. Viajamos a Uruguay con Estrella de Plátanos en dónde también jugué allá en Uruguay y bueno después cuando terminó lo del Evita porque mi hermano también terminó con su categoría y mis papás dejaron de llevarlo, me preguntaron si quería jugar y les dije que sí y bueno, ahí empezaron a moverse un poquito conmigo y me llevaron a Independiente. En Independiente me hicieron un par de pruebas pero las chicas que jugaban eran más grandes entonces me dejaron de llevar. Al tiempo me llamaron de Quilmes si quería ir a jugar y se armó un equipo en Quilmes. Después pasé a Excursionista, después a Huracán y en Huracán decidí después de dos años por ponerme a estudiar.

¿Creés que el fútbol femenino en la actualidad fue ganando terreno?

Hoy en día el fútbol femenino creció muchísimo y junto a ello, creció el abanico de lugares donde poder practicarlo. En el barrio los clubes que participan en los torneos Evita Infantiles; la mayoría de los clubes ya cuentan con fútbol femenino infantiles, juveniles y mayores.

Después, también en lo que es la zona de Berazategui, el club Maltería bajo la dirección de deportes del municipio, cuenta con futbol femenino también, que es el lugar donde yo estoy entrenando. Arrancan desde los 6 años hasta más de 30, 40, 50 es infinita la edad hasta que las personas quieran participar y quieran ir, hay un montón de lugares gratuitos.

Además, hoy en día podemos ir a jugar libremente en muchos espacios, la verdad es que nunca nos negaron el lugar o la posibilidad de alquilar una cancha por ser mujeres, quizás en otro momento no se veían muchas mujeres jugando al fútbol y llamaba mucho más la atención, pero hoy es furor el fútbol femenino con esto del mundial, y hay muchas mujeres que empezaron a practicarlo.

¿Que pasaba cuando planteabas que querías jugar al fútbol?

Antes en mi infancia, cuando les contaba que jugaba al fútbol era una machona, un varoncito, me decían marimacho, me cargaban y me decían así, pero hoy ya no. Ya no se ve de esa forma a la mujer que juega al fútbol.

¿Que te dice la gente cuando se entera que practicás el deporte?

También depende del ámbito en que lo cuente, no soy muy partidaria de estar contando continuamente lo que hago de mi vida, pero hoy en día el fútbol femenino está creciendo y cuando los chicos o grandes se enteran, si me preguntan, se interesan por saber cómo juego, si juego en algún lado… y como estaba comentando recién depende del lugar, por ejemplo, en el colegio al verme los chicos patear una pelota o enseñar el deporte se ponen contentos, me dicen “profe que bien que jugas”. Después en el ámbito con la gente grande a veces me dicen “no dedicarte a lavar los platos” me cargan. Es depende el lugar, el momento y a quién se lo contás.

¿Considerás que las mujeres que juegan al fútbol deben sortear mayores dificultades y organizarse de manera distinta a los hombres para poder entrenarse?

En mi caso particular y familiar, no modifica la práctica del fútbol mi organización cotidiana porque ahora en la familia pudimos coordinar horarios para mi entrenamiento y cómo manejarnos en las actividades cotidianas, como la cena y así las tareas de los chicos. Sinceramente la práctica no modifica para nada mi organización cotidiana. Creo que hoy los estereotipos y los roles establecidos socialmente fueron modificándose positivamente hacia la mujer, sin embargo, al principio, cuando una empieza a plantear la posibilidad de entrenarse, dedicarle más tiempo a una práctica que es demandante surgen algunos problemas, más que nada tensiones como en la rutina diaria, en la vida conyugal. Ahora mis hijos están más grandes y no demandan tanto porque también hacen deporte, entonces tengo el espacio libre para poder entrenar. Además, mi marido no le quedó otra más que entender que el fútbol no es solo un pasatiempo, sino que es mi pasión.

¿Cómo ves la profesionalización del fútbol femenino en nuestro país?

Sin dudas que es un avance increíble, ayuda mucho a contrarrestar las dificultades que siempre tuvimos, yo en particular, en su tiempo tuve la chance de jugar para la selección mayor femenina. En dos oportunidades me citaron por el diario Crónica o La Nación… no recuerdo, y decía que estaba citada para formar parte del plantel y que tenía que ir a probarme. Las dos veces que tuve que viajar a Ezeiza, me costó llegar porque era muy lejos. Antes no había los medios de transportes que hay ahora. Era todo mediante tren y colectivo y se complicaba mucho para mi familia, más que nada en la parte económica. Era muy difícil, todo corría por nuestra cuenta y se hace muy cuesta arriba.

Además, antes de que me surgiera la posibilidad de jugar en Maltería, no encontraba donde poder entrenarme, ni formar un equipo; por ahí sí lo hacíamos entre nosotras, un grupo de amigas que siempre jugó pero de manera muy amateur y más que nada para divertirnos y en realidad la competencia, el jugar torneos va por otro lado.


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