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Por Yésica Borella, Maia Campillay, Julieta Gómez, Constanza Verón Maldonado y Estela Zalazar

Discriminación laboral a la comunidad trans

Algunas aproximaciones vinculadas a la discriminación estructural a personas trans.

Entendemos como “comunidad trans” a identidades travestis, transexuales y transgéneros. Todas las identidades trans refieren a una vivencia de género que no corresponde al género asignado al nacer. Estas experiencias se enmarcan en un proceso que puede incluir, o no, modificaciones corporales, ingesta de hormonas y cirugías de reasignación sexual.

Para María, una mujer trans que forma parte de la organización Varela Diversa en la localidad de Florencio Varela, en referencia a las leyes que se fueron implementando, como la Ley Nº23.592 de actos discriminatorios (1988), la Ley Nº26618 de matrimonio igualitario (2010), la Ley Nº26743 de identidad de género (2012), fueron de gran importancia porque a partir de ellas obtuvo el “derecho a poder ser”. Pero a pesar de los avances en el marco normativo la comunidad trans continúa sufriendo habituales episodios de discriminación y exclusión en el ámbito laboral. La visibilidad de la orientación sexual, la identidad y la expresión de género ocasiona disminución de oportunidades y obstaculiza el acceso a puestos de trabajo, empeora las condiciones y/o dificulta las posibilidades de crecimiento laboral.

Esa discriminación se sostiene, además, en obstáculos estructurales para el acceso a derechos básicos no sólo en el ámbito laboral sino también en el acceso a la educación, a la salud, al acceso a la justicia, a la identidad y al derecho de tener una vida libre de violencia, entre otros.

Barreras culturales e identitarias como obstáculos para la accesibilidad al mercado laboral.

En el imaginario social la persona trans no figura ocupando empleos estables y con salarios dignos o teniendo acceso a estudios universitarios. Al contrario, a las mujeres trans por ejemplo se las piensa como destinadas al trabajo sexual, a ser bailarinas o dedicarse al estilismo. Y si bien es verdad que gran parte de las mujeres trans se ganan la vida realizando estas actividades en gran medida se debe a la discriminación laboral.

Muchas veces, antes de militar, dejé mi currículum vitae en varios lugares y cuando me estaba yendo, vi como lo tiraban al tacho de basura”. “Nunca me llamaron, ni siquiera para una entrevista”. Obligando a Maria a tener que sustentarse económicamente como trabajadora sexual. “Sin la militancia no hubiera podido obtener mi trabajo actual”. Comenzó a militar para el peronismo y al año siguiente empezó a trabajar para el municipio de Fcio. Varela. “Después de mucho andar en búsqueda del tan ansiado trabajo, logre ingresar en la Municipalidad, al área de Recursos Humanos”.

No sólo ocurre que se les niega el empleo después de entrevistas de trabajo, estigmatizando y considerándolas como inferiores a las personas cisheterosexuales en su desempeño laboral, también ocurre que aquellas que transitan en su trabajo suelen ser hostigadas y con el tiempo despedidas. Sin otras posibilidades de elección laboral, el trabajo sexual se transforma en la salida laboral más segura, colocándolas en una situación de vulnerabilidad que puede ir desde infecciones de transmisión sexual a tratos crueles y denigrantes por parte de clientes y efectivos de las fuerzas policiales. En varias ocasiones son víctimas de violencia sexual y en muchos casos ni siquiera llegan a contarlo porque son asesinadas. “Cuando alguna compañera fallece es muy triste porque muchas veces asistimos solo nosotras a su funeral”; incluso, la mayoría de las veces, son las mismas compañeras quienes se encargan del sepelio. “Las compañeras que asisten a veces tienen vergüenza y no comenta la realidad social, la precariedad en la que se encuentran viviendo”, como cuando falleció otra de sus compañera y tuvieron que ir a su domicilio a buscar la documentación y vieron la condición habitacional en la que vivía: “Vivía en un cuadrado de madera, sin pisos, ni muebles, solo una cama. Esto ella no lo manifestaba cuando nos reuníamos”.

Desde temprana edad atraviesan situaciones de exclusión que va en detrimento con los elementos fundamentales de la calidad de vida, el bienestar social y las necesidades básicas. “Me di cuenta desde muy chica, mi padre fue comprensivo pero mi madre no y a los 13 años me expulsa del hogar”. En ese momento María comienza a trabajar en la calle hasta militar.

El acceso a derechos básicos como la educación, la salud y el trabajo aparecen denegados o en condiciones precarizadas. “Termine los estudios secundarios de adulta y muchas veces me tocó discutir con profesores porque decían que no estaban preparados para enseñar a personas como yo”.

La discriminación laboral se encuentra vinculada a las exigencias de la sociedad heteronormativa y a la falta de un reconocimiento legal de las personas trans.“La discriminación que sufrimos con el hombre que nos contrata en la calle, si después lo cruzas en el ámbito laboral, en una oficina, te miran de forma despectiva, y eso genera mucho rencor”. Se refiere a los hombres como hipócritas.

En cuanto a la situación que atraviesan las mujeres trans mayores “hay compañeras que están grandes y no tienen por ahí la posibilidad para trabajar en la calle, entonces la única forma es que se colabore desde el Estado para que esa persona pueda sobrevivir”, “las trabajadoras sociales les niegan los bolsones de comida diciendo que es porque no tienen hijos”, “mezquina los recursos del estado como si fuese de ella”.
Por otro lado, tienen la exigencia ser reconocidas únicamente si se alinean legalmente para que exista “coherencia” entre sus documentos y su apariencia de género. Es así que muchas son desconocidas en sus documentos (escolares, de salud, de identificación oficial, etc.) encontrándose en la incertidumbre del “reconocimiento legal” que les niega el acceso a su identidad y a otros derechos.

Expectativa de vida: 35 años.

La sistemática exclusión que atraviesan afecta negativamente cada ámbito de sus vidas: familia, salud, educación, trabajo, vivienda y seguridad. La internalización del estigma social y el miedo a vivir situaciones de discriminación generan conductas de autoexclusión, baja autoestima y abandono o frustración en el cumplimiento de sus proyectos de vida. “Me hubiese gustado estudiar profesorado de matemáticas pero ahora ese anhelo lo cambio por viajar con amigos”. 

En relación al nivel de ingresos económicos, en general, 1 de cada 3 personas trans viven en hogares pobres debido al poco ingreso económico, y en muchos casos cuando requieren de un alquiler la respuesta de los propietarios es negativa.

La deserción escolar es alta, abandonan sus estudios, a causa de las reiteradas burlas no solo por sus pares, sino también por los maltratos por parte de directivos y docentes. “Esto fue lo que me hizo desistir de seguir estudiando, para no tener que atravesar nuevamente esos comentarios”.

Respecto a la salud, las personas trans evitan atenderse hasta sentirse muy mal para ir, “en los Centros de Salud se siente mucho el maltrato institucional a la hora de querer solicitar un turno y/o para la atención”. Entre las situaciones más temidas por el colectivo de personas trans, se encuentra el temor de ser llamadas por un nombre que no sea el de elección y ser internadas en salas que no corresponden con su identidad de género.

También se puede mencionar la violencia institucional a la que se enfrentan las mujeres trans en las comisarías, al no respetarse su derecho para realizar denuncias de violencia por razón de identidad y expresión de género. Se le suma la violencia ejercida por parte de sus parejas. Como resultado de esta discriminación estructural, en Argentina, se estima una expectativa de vida de 35 años para las personas trans.

Inclusión e igualdad

Es necesario revisar los modelos dicotómicos que manejamos. De ese modo podremos identificar las prácticas innovadoras que se están dando en nuestra sociedad y en nuestra cultura. Se necesitan estudios que incorporen modelos que permitan dar cuenta de la diversidad y el dinamismo de la identidad, de sus rupturas y transgresiones, de la interrelación entre representaciones y prácticas concretas, entre contextos sociopolíticos y vivencias, que tengan en cuenta los macro y micro contextos en los que se mueve la comunidad trans, pero que también tengan en cuenta la acción modificadora de la experiencia misma de esas personas.

Por supuesto, no debe ser sólo el Estado el que les garantice un trabajo, cualquier empresa o institución, sin importar rubro, debe sumarse a este proceso de inclusión. No hay una identidad sexual o de género que haga del sujeto un buen o mal empleado, es el momento de que los empleadores venzan sus prejuicios y permitan que estas personas demuestren su capacidad laboral.

Como advertimos al abordar la Ley de Igualdad de Género en las legislaturas, lo ideal sería vivir en una sociedad que no requiera garantizar por ley un cupo para ciertas minorías. Pero mientras la inclusión no surja de manera espontánea, la Ley ayuda a promover el cambio cultural. Resulta de suma importancia que los cuerpos legislativos de la provincia y de la Ciudad de Buenos Aires, como también el Congreso Nacional, trabajen en la unificación y aprobación de proyectos que existen y por extensión a los diferentes municipios.

Como estudiantes de la carrera de Trabajo Social de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, creemos necesaria que la intervención debe basarse en la defensa, reivindicación y promoción de los Derechos Humanos y Sociales de todas las personas, también de la justicia social, la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad; promoviendo el cambio, el desarrollo social, la cohesión social y el fortalecimiento y liberación de las personas (Ley Federal N° 27072). Todxs tenemos los mismos derechos por el sólo hecho de ser personas, y la identidad de género no debe ser un impedimento para estudiar, trabajar, gozar de buena salud, concretar proyectos, sueños, o para elegir cómo vivir.

Si bien en Florencio Varela el 6 de junio de 2018 se aprobó el cupo laboral trans, aún es necesario trabajar por la inclusión e igualdad. Para que esto suceda, es necesario que “que todas las personas que trabajan en el área administrativa de los sectores públicos tengan perspectiva de género, especialmente en el trato a las personas del colectivo trans” y se gestionen políticas públicas y sociales que garanticen los derechos laborales, sanitarios, educativos, recreativos de forma respetuosa de la diversidad sexual y de género.


Bibliografía

  • Fundación Huésped y Asociación de Travestis, Transexuales y Transgeneros de Argentina, (2014). “Ley de Identidad de Género y acceso a la salud de las personas trans en la Argentina”. Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
  • Ley nacional de Identidad de Género N° 26.743. Reglamentación. Bs. As., 20/5/2015.

Entrevista

Siendo las 14 horas del día primero de julio del 2019 se entrevista a la señora Laura qué forma la organización de Varela diversa, trabaja en Derechos Humanos, ubicado en Aristóbulo del valle 315.

Me presento como estudiante de trabajo social de la UNAJ.

Me comenta que ella trabaja en Derechos Humanos en la parte de diversidad. Comenzó hace 6 años, a trabajar con categoría 4 y ahora es categoría 3, la contrata la municipalidad.

Al principio cuando comenzó a trabajar se sentía incómoda, se tenía que adaptar a un trabajo, a unas personas. Se sentía a la defensiva. La municipalidad la capacita en el área administrativa.

Llega a trabajar en este lugar por la militancia, ella considera que sin la militancia no hubiese logrado ingresar en este trabajo o en ninguno. Muchas veces fue a pedir trabajo, le recibían el currículum y cuando se iba los tiraban al tacho de basura, nunca fue llamada de ningún lugar donde dejó CV. De la misma situación se quejan las chicas que se acerca para que las acompañe.

En el 2011 comienza a militar, para un partido de Izquierda, 2 años. Luego se cambió a el peronismo, acá hace 7 años de militancia. Al año ingresa en la municipalidad.

La entrevista laboral que tuvo la municipalidad no tuvo ninguna incomodidad la trataron bien, pero ella cree que es por la militancia. Su función dentro de recursos humanos es territorial, sólo acompañamiento, asesoramiento a las chicas trans en caso de violencia, sacar turno para tramitar su DNI, algunas veces turno para los médicos, en reiteradas oportunidades no le quieren dar. Dice que tiene que chapear, igualmente para que le den un bolso de mercadería, las trabajadoras sociales, les niegan, diciendo que es porque no tiene hijos. (“mezquina los recursos del estado, como si fuese de ella”) Menciona que hay compañeras que están grande y no tienen por ahí la posibilidad para trabajar en la calle entonces la única forma es que se colabore desde parte del estado para que esa persona pueda sobrevivir

Dicen que los turnos para el DNI los saca en capital y ahí es mucho más rápido se van y lo tienen enseguida.

Si algunas quieren hacerse hormonización lo puede hacer a través del centro de la Secretaría de Salud.

Realizan taller de capacitación general viene una de las hermanas azules a dar, el 6 de julio es el próximo taller.

La problemática que se ve en las consultas es referida con justicia. 98% son por consumo de sustancia de cocaína (pero que son causas armadas) a nivel justicia no se le puede acompañar porque dice que solamente, el familiar conocen el IPP (al preguntar este me dijo que no conocían las siglas que es así como le dicen). Aquí se ve y se siente el abandono por parte del estado, una vez que cae como problema de justicia es muy difícil que se pueda ayudar porque no hay abogado, no cuentan con ningún equipo como para acompañar ese proceso . otra traba es que este IPP, solo puede pedir un familiar o un abogado por lo tanto al no tener familia pueden estar mucho tiempo privada de su libertad. Otro es por HIV, al preguntar por la medicación, dice que de eso nadie dijo que no le estén entregando.

En cuanto a la ley de género refiere que está muy bueno recién en ese momento en donde ellas pueden salir a comprar visibilizarse ahi recién tienen derecho a poder Ser.

Sobre el cupo, en cada municipio dice que sí se implementó el año pasado, EL 6 DE JUNIO DEL 2018, pero recién este año, en mayo del 2019, en Varela se puso en práctica. Ingresaron tres compañeras con categoría 4 en el CAPS López Romero como promotora de salud

Les comenta que se siente mucho maltrato institucional en los centros de salud para sacar un turno y que la atienda. O cuando compañeros van a pedir el bolsón de mercadería la trabajadora social no los quieren dar les dicen que es porque no tienen hijos y que esos son para personas con hijos.

En el caso de compañera que mueren dice que muy triste porque muchas veces asisten solo ellos; a veces ni siquiera eso; ella tiene que salir a conseguir y organizar el sepelio. Las compañeras que asisten a veces tienen vergüenza y no comenta la realidad social, la precariedad en la que se encuentran viviendo.

Cuando se le pregunta por su elección, menciona que se dio cuenta desde muy chica, su padre fue comprensivo pero su madre no, y a los 13 años la expulsa del hogar y comienza a trabajar en la calle hasta que comienza a militar. Mantiene relación con algunos hermanos. Dice que hay muchas heridas abiertas. Hoy sus padres están fallecidos.

Sobre la discriminación: que el mismo hombre que es discriminante en una oficina, con respecto a lo laboral, después son los que los contratan en la calle y eso le parece muy hipócrita.

En cuanto al estudio: terminó siendo grande el secundario y se tuvo que agarrar muchas veces con profesores que le decían que no estaba preparado para enseñar a personas como ellas, estas situaciones no la quieren volver a pasar en la carrera. Le gusta las matemáticas, pero, cree que está más allá que acá. Además, no quiere encontrarse con personas de ese tipo nuevamente

En cuanto al sueldo: desde municipio de Varela se acordó que todo cobren el mismo valor. El valor se da por categoría. Desde categoría 4 hasta llegar a categoría 1, ella posee categoría 3.

Cuando se le pregunta sobre la violencia institucional dice que ahora no se lo molesta tanto en las calles, no se la corre como antes que no podían estar parada en ningún lado.

El cupo para que se implemente de manera más rápida debe venir desde Provincia y/o Nación.

En el municipio de Varela están trabajando cinco compañeras, que ella sabe, pero considera que muy difícil insertarse por sí solo.

Terminando la entrevista. Dice que anoté bien.

Que todas las personas que trabajan en el área administrativa de los sectores públicos tengan perspectiva de género especialmente en el trato a las personas del colectivo trans.

Que se hable sobre el olvido de la justicia y del estado cuando caen compañeras trans privada de su libertad no le concede abogado para que la defienda. Por lo tanto, puede estar mucho tiempo detenida.

Observación: por momentos se mostraba a la defensiva con el rol del TS. Se la percibió con muchas heridas a nivel familiar y social.

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